En la tercera edad suelen presentarte trastornos por malnutrición, también de deshidratación. Por otra parte, con la vejez, suelen agravarse las patologías relacionadas con el corazón o manifestarse si nunca existieron. A estas pueden añadírsele alteraciones digestivas, así como las relacionadas con los huesos, siendo la manifestación más evidente la osteoporosis, o con las articulaciones.
Desde hace algunos años vienen estudiándose los beneficios de una leguminosa con propiedades específicas para estas patologías: la soja.
La soja es una planta de origen asiático. La palabra soja en chino significa carne de campo, por la gran cantidad de proteínas de calidad, sales minerales, oligoelementos y enzimas, así que debe ser utilizado como suplemento a su alimentación.
A pesar de que se piensa que la soja tiene un alto poder curativo y preventivo en enfermedades neurodegenerativas, como el alzheimer, lo cierto es que dentro del grupo de población sometido al estudio no se encontraron diferencias significativas entre los pacientes que la consumieron y los que no la incorporaron a su dieta. Sí se ha demostrado que posee la virtud de mejorar la memoria. Es un alimento muy cuestionado, que provoca opiniones confrontadas entre los especialistas, por ello continuamente se siguen realizando estudios y análisis al respecto de la soja.
Otro importante efecto beneficioso para la salud, y demostrado científicamente, lo encontramos en su alto poder antioxidante y protector de los tejidos.
Si bien, como decimos, no existen resultados concluyentes, se sabe que una alimentación rica en soja mejora la prevención en enfermedades cardiovasculares y metabólicas, como la diabetes.